Escucho Oxidado, de Los caballeros de la quema.
Me doy cuenta de que este último tiempo, estoy más llorona que nunca.
Para bien y mal.
La crisis del otro día la superé -o por lo menos no volvió a atacarme- pero sigo llorando...
Ando golpeado de na... Lloro, lloro... como dice la canción.
Y ojo, que está bueno esto que me pasa, no me estoy quejando aunque lo parezca.
La cuestión es que en estos días que pasaron, me encontré con las lágrimas por cosas como ver fotos que me gustan, hablar por teléfono con Sole -mi amiga que está embarazada- y sobretodo cuando escucho a Leo hablarme de ciertas cosas de nosotros.
No puedo aguantarme las lagrimas. Me emociono.
Asique hoy, hago un post contando sobre mi llanto, como siempre. Pero esta vez, es un llanto de felicidad.
En situaciones donde me siento querida sinceramente, se me da por llorar.
Y no se imaginan lo importante que es Leo en mi vida. Si no repito mi historia, es porque el se encarga de que día a día, este lo más lejos posible de ese pasado que me pertenece y aterra.
Y eso, también me emociona.
Empezaré a superar la crisis y a volver a la alegría interminable de hace unos meses?
No lo sé. Espero que si.
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