Es casi un estado de locura.

jueves, 14 de mayo de 2009

Llegó justo

Llevo -casi- una semana encerrada en mi casa. Tengo una gripe horrorosa.
LLevo -casi- una semana sin ir a cursar.

Y es obvio, que estar todo ese tiempo adentro de mi casa, conviviendo con mis viejos y mi hermana, me iba a hacer estallar. Era una cuestión de horas, se sabía.

Reconozco que no tengo paciencia para con ellos. Que cualquier cosa, es la gota que revalsa el vaso. Al mínimo roce, ya estoy llorando.

El martes fue el día "D".

Todo empezó con una discusión, totalmente absurda, con mi vieja. Estaba puesto el noticiero de la ciudad y le hicieron una nota a una pendeja por un proyecto de un colegio. Creo que no sabía deletrear el nombre. No podía hilvanar una frase. Y tendría como 15 años ya.
Comenté en voz alta, para mi, porque ni siquiera mi mamá estaba mirando televisión. Saltó a gritarme, defendiendo lo indefendible.
Preferí callarme, tragarme todo lo que tenía decir y asentirla con la cabeza.

Más tarde, voy a la pieza a buscar las cosas para depilarme y me encuentro con un monólogo en voz demasiado alta, por parte de mi hermana y dirigido hacia mi, sin razones claras.
Y yo, que ya venía mal, le conteste (a los "gritos"* también) que no me importaba lo que hiciera o dejara de hacer. No iba a pelear, iba a buscar mi maldita epilady.

(*Gritos es una manera de decir. No tenía voz debido a la gripe.)

A todo esto, mi viejo que estaba en el living me empezó a decir de todo, centrándose en que le había gritado a mi hermana.

Y ahí, se dió todo para que me trepe a una silla y vaya a buscar mi última cajita de Gilletes. Eran diez. Envueltas en sus respectivos papelitos.
Eran nueve en la cajita y una suelta, todas en mi bolsillo.

Miré la que había sacado, cerré los ojos y vi cómo se me venía encima todo lo que pensaba que había dejado atras.
Entre lágrimas, me arremangué. Ya estaba totalmente decidida.

Cuando estaba a punto de hundirme esa Gillete en el brazo, escucho que golpean la puerta. Era el golpecito característico de Leo.

Estuvimos un rato en la cocina hablando. No me animaba, al principio, a contarle la verdad. Pero tomé coraje y saqué del bolsillo todo lo que tenía.

La charla me hizo muy bien. Y estoy totalmente calmada. Y arrepentida.
Me estaba defraudando a mi misma, en definitiva.

No me vendría nada mal, empezar a disociar lo importante de lo que no lo es.




Off topic: MUCHISIMAS GRACIAS POR LOS MENSAJES EN EL POSTEO ANTERIOR. ME HICIERON MUY BIEN!
GRACIAS POR ESTAR CONMIGO.

6 comentarios:

Lolítica dijo...

Ay, vida, pobrecita. Espero que te mejores. Gracias por tus besos y abrazos en mi blog, y haceme engripar por favooor.

Dr. J dijo...

Ah, La mierda! Tan así pasaron las cosas?

Todos discutimos con nuestras familias, pero para agarrar las gilettes...

Me alegra que no haya pasado a mayores. Deberías buscar la forma de agradecerle a Leo por haberte contenido y salvado la vida.

Después contale a tu familia lo que casi provocan.

Besos!

ELINA dijo...

flakita linda, mi angel atormentado, sos demasiado fragil para este mundo de mierda.
me gustaria adoptarte para enseñarte que en esta vida hay que ser hija de puta para no sufrir como una perra.
desde la distancia te mando besotes y un abrazo de oso panda.
cuidate y querete, vales un monton!!!

Dr. J dijo...

¿Tu familia no le dio importancia? Eso es grave, che!

Besos!

Lolítica dijo...

Espero que andes mejor de la gripe, en serio, chiquita.

Lolítica dijo...

Sólo me faltó decirte algo:

Yo pasé por lo mismo y por eso estuve internada.

Creéme, NO te conviene. Sos preciosa y muy valiosa como para andar haciendo esas cosas.