La última vez que lo hice tenía las palabras y los motivos suficientes para hacerlo.
Hoy ya no encuentro ni palabras ni motivos. Sé que el tiempo va a ayudar, pero ese no es -para nada- un dato alentador.
Ya no existe la mañana en que no te extrañe infinitamente ni la noche en que no te deje pensar ahogada con mis propias lágrimas.
El dolor se agudiza. Y el sentimiento de que fue lo mejor, no siempre me ayuda a seguir.
No sé cuál era el mejor camino. Intento despegarme de mi egoísmo, pero tampoco lo entiendo.
Vos no querías seguir así.
Ni sufriendo ni haciendonos sufrir, pero es una decisión tan difícil de sobrellevar.
Me queda para mí, nuestros últimos minutos juntos.
Me miraste porque no podías creer que estuviera con vos. Me dijiste que tenías calor y que esa habitación no te gustaba. Quisiste saber cómo estaba el clima. Y si podías levantarte.
Te dije "te quiero mucho" y me fui. Ahogada por la falta de aire y fe.
A las 24 horas, empezaste a irte. Y a las ocho de la noche de ese horrible sábado te cansaste de respirar.
Hoy, casi tres meses después, todo sigue igual.
No hay consuelo para tanto dolor. La herida no cierra, ni va a cerrar.
Te quedaste conmigo unos días más, lo que pudiste. Y te lo agradezco.
No quiero separarme de vos. Pero no hay otra alternativa.
Quizás, el día más feliz para mi, sea cuando podamos volver a estar juntos.
Mientras tanto, yo estoy acá y vos quién sabe donde, pero cuidándome. Me lo haces sentir.
Te extraño y es lo único que me sale decir, cada vez que pienso en vos abuelito.
3 comentarios:
Qué alegría que estés acá... te recibimos con un lindo abrazo ¿sabés?
Mucha fuerza.
Lo hemos hablado, ambos hemos sentido esa presencia más allá de la vista y de los sentidos, de que algo más había cerca nuestro... cuidándonos. Viole, dejar ir a los que queremos es algo que cuesta horrores, porque parece que no nos importa un carajo de nada (algunos dirán que somos insensibles, otros que no podemos salir adelante). Lleva tiempo, pero es más que una frase hecha, es una realidad que solo cuando se la vivió aunque sea una vez se entiende.
Dejar el egoísmo de lado, llorar hasta dormirse pensando en esa persona, insultar a todos y cada uno de los santos, pegarle a las paredes, romper cosas, todo... todo hace (sin que te des cuenta) que te cures mínimamente célula a célula. Ya llegará el momento, pero si queres ayudarlo y ayudarte, ya te dije... creo que tenés que tomar una bocanada BIEN GRANDE de aire y seguir... porque si decis "no puedo" no creo que puedas. Recordá esto... "las personas se van, pero el recuerdo queda...". Y tu abuelo debe haber dejado mucho en este mundo, no solo en vos, o en tu familia... sino en los alrededores.
Mi sugerencia: hablá con quienes lo conocían... preguntales, pediles que te cuenten anécdotas de él... quizás eso ayude.
Un abrazo enorme, de Ángelos Protector... hasta que se me cure, Viole.
Qué triste extrañar a alguien, pero tu vida debe continuar mirando para adelante y disfrutando a los que aún están con vos.
Besos, espero que estés mejor día a día.
Publicar un comentario