Y por tercera vez, empiezo este texto.
Nada me convence para un principio que
declara un final.
No encuentro las palabras para expresar
esta rutina que me hace bien y mal.
Pero que no quisierta dejar.
Hay que saber sufrir, después amar, después partir.
Amar, partir y sufrir.
Es el orden para mi.
Y cuando por fin pueda partir
al lugar que elegí
tengo miedo de no ser feliz.
No es un sueño más,
lo quiero cumplir.
Quiero ser lo que elegí.