Es casi un estado de locura.

martes, 12 de julio de 2011

Portazo

Cuántos portazos hay que dar para que retumbe en tu cabeza que no todo es eterno?
Que a veces uno se cansa de escuchar cómo suena la puerta, cómo quedas de un lado vos y yo del otro.
Que ya no quiero abrir la puerta y buscarte, que vos tenés que venir alguna vez.

Porque, siempre, (aunque no parezca) te terminas cansando.

Yo no tengo la culpa de que mis tímpanos se cansen de tus ruidos.
Vos tenés la culpa.
Por no haber pensado que ese portazo que sonó primero abriría una grieta que cada día se haría más grande.
Y menos sensible.