Cómo es vivir con un ángel.

"Vos no crees en dios porque tenés un dios aparte"... No dije nada, sólo sonreí después de que me dijeron esa frase, la semana pasada.
Por dentro sonreía también y terminaba de convencerme de que yo no tengo un dios aparte. Yo, desde hace -casi- seis meses tengo un ángel en mi vida.
Ese ángel me llena el aire con su perfume, me ayuda a dormir, me da buenas señales, me regala su presencia en otras personas y me deja flores escondidas entre mi ropa.
Ese ángel no hace más que cuidarme desde allá arriba para que mi mundo sea un poco menos gris y un poco más dulce. Me da la seguridad que necesito para salir a afrontar mi vida todos los días.
No puedo describir qué es lo que siente. No existen esas palabras precisas para poder plantarme y decir "desde que mi ángel está conmigo yo me siento así...".
No puedo hacer que ustedes me crean lo que estoy diciendo porque es algo único que hoy, me tocó a mi.
Pero si puedo transmitirles la paz que tengo desde que vivo así. Y decir que estoy encontrando mi eje.
Mi vida está encaminada, encontré estabilidad en mi trabajo, en el estudio no me puede estar yendo mejor, cada día son más fuertes los planes para empezar una vida de a dos con Leo, en tres meses nacerá mi sobrino/a (Mia) y Leo, además, está a un paso de un súper trabajo, en todos los sentidos.
No puedo pedir más, aunque... puedo (y quiero) pedir que mi ángel se quede para siempre acá, haciendome compañia.

Gente, estoy en paz conmigo misma y eso es lo que trato de transmitir.
Como siempre, a veces se me nubla el camino pero juro que ahora son más las veces que me encandilo con el sol que las que me cegan las nubes.

Estoy disfrutando del momento.
Y creo, que le estoy encontrando el sentido a mi vida.
Costó, pero estoy a un paso de eso que hace algunos años veia muy lejos.